lunes, 6 de septiembre de 2021

ENSAYO "SAN VICENTE DE PAÚL" - 5TO SEC

 

La humildad de Vicente y su legado en la actualidad

Escribe: Alejandra Avalos Castro 5° B

La figura del sacerdote San Vicente de Paúl se ha convertido en una de las más representativas en relación a una imagen de humildad y caridad. Este santo desplegaba un amor inmenso que perennemente estaba dispuesto a entregar al más necesitado. De esta forma, su servicio y práctica de valores en vida lo han convertido en un modelo a seguir, sobre el cual se han formado las bases de la misión y visión vicentina de muchas instituciones bautizadas a su nombre. Por ejemplo, su legado más reconocido son las Hijas de la Caridad, organización formada bajo el manto de San Vicente y de Santa Luisa de Marillac. Ambos tuvieron la función de guiarlas en el principio de Dios, quien les habría reunido para rendir honores al Señor por medio del servicio y la caridad hacia los más necesitados con esfuerzo y dedicación (Martínez, 2001). En las siguientes líneas, se analizará con mayor profundidad acerca de la práctica de la humildad de San Vicente y las acciones al servicio de los pobres por parte de las asociaciones vicentinas, las cuales resultan esenciales para mantener la vitalidad de su legado hasta la actualidad.

 Para comprender el mensaje de Vicente, primero debemos conocer los actos que le llevaron a tener tal inmensa acogida por sus seguidores. En primer lugar, la vida de este personaje católico llevó consigo muchos pesares, los cuales requerían de una inimaginable perseverancia y fuerza para superarlos. Algunos de los más conocidos son el periodo que permaneció como esclavo tras ser capturado por piratas turcos o el haber sido difamado públicamente por hurto estando él enfermo. A pesar de tales eventos, Vicente acogió dichos momentos para reflexionar sobre la orientación de su vida, a fin de salir adelante y dedicarse a los más desprovistos. De esta manera, se dispuso a apoyar en eventos trágicos como la lucha contra la guerra y peste de Francia, donde se requería de ayuda para cuidar de los enfermos. Vicente, junto a las ya mencionadas Hijas de la Caridad, tomaron tal tarea conociendo el riesgo que implicaba para su salud. Cabe destacar que tan importante santo reconocía que no era perfecto, lo cual se demuestra en cómo de joven sintió cierta vergüenza por su padre. Sin embargo, las complicaciones en su vida le llevaron a superarse a sí mismo y comprometerse con la caridad.

 Es así como Vicente, a través de sus acciones, deja entrever el mensaje que deseaba compartir con la humanidad. Su deseo era seguir fielmente el camino de Dios e impulsar a la sociedad a seguirlo en el trayecto que nos ha trazado, sobrellevando las dificultades que se presenten a través de su ejemplo. Deja en claro que la base de su vida fue la humildad, practicándolo constantemente y de forma especial al momento de hacer el bien por el prójimo. Tras los momentos de reflexión en su vida, comprendió que la humildad significaba reconocer sus orígenes, ser respetuosos con todos sin importar sus condiciones y sentir empatía por los que imploran por un apoyo. Es así como Vicente hizo todo lo posible para auxiliarles, colocando su cuerpo y alma en su labor para lograrlo.

Entonces, es en base al mensaje de humildad de Vicente que las comunidades vicentinas han formado sus congregaciones y consolidado la misión del santo hasta la actualidad. En este caso, se abarcará una de las más grandes agrupaciones a su nombre: la Sociedad de San Vicente de Paúl. Creada en 1833, ha perdurado hasta el presente como un innumerable grupo de voluntarios dedicados a la ayuda material y espiritual del prójimo. Comenzó en Francia y se dispersó a través de las décadas a escala global, aspirando al desarrollo integral de cada ser humano en necesidad. Además de ser una asociación sin fines de lucro, su accionar está dirigido a alcanzar el bien común y la subsidiaridad sentando los cimientos en la caridad de Vicente.

 De esta forma, la Sociedad de San Vicente de Paúl se ha convertido en un referente social, gestionando con eficacia sus recursos y prestando desinteresadamente servicios sociales tales como programas de alojamiento, campañas solidarias o trabajando en la asistencia de enfermedades en hospitales y albergues. Según Tarrazi (1995) en toda su labor destaca la preocupación por asistir a los más desorientados y desposeídos con la finalidad de proporcionarles compañía, escucha y apoyo; restableciendo su dignidad y otorgándoles una esperanza de alegría en sus vidas. Por ende, esta organización ha logrado ampliar sus actividades de servicio para abarcar las problemáticas de la sociedad actual, siendo un gran apoyo en el desarrollo equitativo y en la conservación de la esperanza de vivir en un futuro mundo unificado por la solidaridad.

 En conclusión, San Vicente de Paúl refleja fuertemente una percepción de humildad a través de sus acciones con visión en la caridad. Sus vivencias, impregnadas de momentos de dificultad y superación, son un modelo de guía en el camino de Dios; el cual invita a ser empáticos con prójimo y permanecer pendientes de su bienestar. Es así como la Sociedad de San Vicente de Paúl y demás organizaciones que llevan su nombre han logrado un importante alcance mundial, entregándose abiertamente al desamparado. Desde sus inicios hasta la actualidad, asisten y acogen a quien necesite de fuerza; haciendo entrega del mensaje de fe y esperanza que Vicente cultivó. Y este, con perseverancia y humildad, podrá ser cosechado por la humanidad para mantener vivo su valioso legado.

 

Referencias:

-      Martínez, C. (2001) Aportaciones específicas de San Vicente y Santa Luisa a la identidad y espiritualidad de las Hijas de la Caridad. Vicentiana, 45 (4), Art. 46.

https://via.library.depaul.edu/vincentiana/vol45/iss4/46

-        Tarrazi, A. (1995) Presencia y Actualidad de la Sociedad de San Vicente de Paúl. Vincentiana, 39 (7), Art. 15. https://via.library.depaul.edu/vincentiana/vol39/iss7/15

San Vicente de Paúl, adalid de la caridad

Escribe: Camila Romero 5° A

San Vicente de Paúl fue un hombre que desde muy temprana edad daba indicios acerca de cuál sería su vocación. Fue fundador de la Congregación de la Misión en 1625 y cofundador de las Hijas de la Caridad en 1633 y con ambas realizó obras a favor de los más pobres, ya que ellos siempre fueron su prioridad. Riestra (2019) plantea que San Vicente de Paúl podría ser considerado benefactor de la humanidad gracias a su enorme compromiso con los más pobres, colocándose incluso a él mismo por debajo, en orden de prioridades, de sus obras y fundaciones. Incluso tras su muerte, San Vicente continuó al servicio de los pobres, no solo a través de sus congregaciones, sino a través de los jóvenes que lo tomaron como ejemplo y quisieron entregarse al mismo servicio, un claro ejemplo es Santa Catalina Labouré. En el siguiente texto se tratará con mayor detalle acerca de la importancia en su época y la gran influencia de la obra y misión de San Vicente de Paúl.

Trabajó como pastor de ovejas durante sus años más jóvenes para apoyar a su familia económicamente. Mostró ser poseedor de una inteligencia despierta, por lo que su padre considera que puede abrirse paso en los estudios haciendo una carrera eclesiástica. Fue un muchacho dedicado a sus estudios y desde una corta edad deja la casa de sus padres para continuar con su formación eclesiástica. Atraviesa diferentes situaciones complejas a lo largo de su juventud como por ejemplo el haber sido vendido como esclavo a varias personas, haber sido acusado de robo injustamente, etc. Es cuando se encontraba como preceptor de los Gondi que, tras ver la realidad de diferentes personas que no contaban ni con lo necesario para vivir tranquilamente, decide entregarse por completo a los más necesitados para poder cambiar esa situación.

Gracias a una suma de dinero que le había sido brindada de parte de los Gondi, San Vicente de Paúl funda la Congregación de la Misión, la cual era un grupo de personas dedicadas a la evangelización de los que se encontraban pobres de espíritu, pues no conocían a Dios. Junto a Santa Luisa de Marillac funda la Compañía de las Hijas de la Caridad, la cual era un grupo de religiosas que decidieron entregar su vida al servicio de los más pobres.

Vicente de Paúl tuvo una gran influencia en las personas de la época, sobre todo para los miembros tanto de las fundaciones que había realizado, pero también fue guía de jóvenes que ansiaban entregar su vida en servicio de los más pobres. Ese es el caso de Santa Catalina Labouré quién asegura haber visto a un sacerdote en sueños el cual le aseguraba que Dios tenía un plan de vida para ella, posteriormente cuando se dirige a un hospital de las Hijas de la caridad observa una imagen de San Vicente de Paúl y lo reconoce. Posteriormente ella entrega su vida a la caridad y se ordena como religiosa como una de las Hijas de la Caridad

Con su propia vida, San Vicente de Paúl nos da un ejemplo acerca de lo que deberíamos hacer con el prójimo. Su vida ha influido en la vida de las personas de aquella época cuando la gran mayoría se encontraba devastada por los duros tiempos en que se encontraba Francia, pero también podemos decir que influye en la actualidad, ya que tanto la Congregación de la Misión como las Hijas de la Caridad, siguen operativas teniendo como base sus enseñanzas y frases célebres que evidencian su objetivo, por ejemplo “¿De qué me sirve amar a Dios si mi prójimo no lo ama?”, “Los pobres son mi peso y mi dolor”, “Denme un hombre de oración y será capaz de todo”, etc. Inician su ardua labor en los asilos y hospitales como Vicente a primera hora en la mañana y terminan a altas horas de la noche, pero muy pocas personas lo saben o lo comentan (Rodríguez, 2019). Los vicentinos tenemos una misión en particular encomendada por el santo patrono que consiste en entregarse a los que más lo necesitan y es evidente en las personas que lo toman de ejemplo y es algo que nunca debemos olvidar.

 

Referencia:

o   Riestra, P. (2019, agosto 31). San Vicente de Paúl: amor es servicio. La crítica.

https://lacritica.eu/noticia/1770/pilar-riestra/san-vicente-de-paul:-amor-es-servicio.html

o   Rodríguez, M. (2019, septiembre 27). Vicente de Paúl, el santo de la caridad universal. Correo.

https://diariocorreo.pe/opinion/vicente-de-paul-el-santo-de-la-caridad-universal-913172/?ref=dcr


La misión y obra de San Vicente de Paúl durante el siglo XVII

Escribe: Flavia Falcón Morales 5° B

San Vicente de Paúl fue un ilustre personaje dentro la comunidad católica, quien destacó por su gran personalidad y grandes contribuciones hacia la sociedad europea durante el siglo XVII. Este sacerdote se caracterizaba por tener un espíritu caritativo y servicial, pues realizó numerosas misiones dirigidas a la gente desdichada, ya sea sucumbida por la pobreza o por la enfermedad. Su vida en la Iglesia consistió en difundir la oración en torno al amor (Motto, 2015, p.8), pues pese a las desalentadoras circunstancias, siempre promovió la bondad, empatía y la solidaridad. En el siguiente texto, se abordará a mayor detalle la biografía de San Vicente de Paúl, resaltando los mayores actos dentro de su vida apostólica.

San Vicente de Paúl nació el 24 de abril de 1581 en la comuna de Pouy, ubicado en el distritito de Dax, departamento de Landas, Francia. Sus padres fueron Juan de Paúl y Beltranda de Moras. Fue el tercero de seis hijos. Durante su infancia, ejerció la ocupación de pastor de ovejas y cerdos, esto debido a la precaria condición económica de su familia. Afortunadamente, esta situación no interfirió con su desarrollo académico, pues cursó los estudios básicos en su distrito natal. Eventualmente, su gran ingenio y potencial como miembro de la Iglesia, lo llevarían a estudiar filosofía y teología en Toulouse y Zaragoza. En 1601, fue nombrado sacerdote a tan solo la edad de veinte años. Luego de este hecho, su vida cambia drásticamente siendo víctima de la miseria, penuria e incluso, la esclavitud. Pese a estos infortunios, San Vicente continuó con su único propósito, el cual era realizar cambios dirigidos al bienestar de la comunidad a través de la difusión de la palabra y liturgia.

Su vida apostólica, inició con su llegada a París en el año 1609. Durante este período, fue testigo de numerosos casos que evidenciaron la carencia y necesidad de la sociedad. Por otro lado, se cuestionó el rol del clero parroquial, pues notó que sus acciones no generaban alguna mejoría. Ibáñez (1977) concuerda con lo anterior, afirmando que los clérigos designados al sector rural fueron quienes más deficiencias demostraron, ya que su indiferencia fue producto de la codicia, falta de compromiso, irresponsabilidad y deslealtad ante los principios eclesiásticos. Frente a este problema, Vicente decide renovar la función de un sacerdote, convirtiéndolo en un cargo no solo de autoridad, sino de servicio y defensa de los más vulnerables.

El primero de agosto de 1617, fundó su primera organización benéfica, las Conferencias de la Caridad, actual Asociación Internacional de Caridades (AIC). Esta asociación tuvo la función de asistir las necesidades físicas de los mas necesitados, velando por su salud y condición física, sin apartar la misión de la predicación. En 1625, Vicente funda la Congregación de la Misión, gracias una importante contribución de dinero por parte de los Gondi, familia muy cercana al misionero. En esta congregación, Vicente y sus miembros, conocidos como padres paules o vicentinos, realizaron la evangelización de los pobres junto con la formación del clero.

En 1633, fundaría su última y más conocida organización, la Compañía de las Hijas de la Caridad. Esta comunidad liderada por Vicente y Luisa de Marillac, se encargó de presidir normativas que promovieron la empatía e interés en el bienestar del prójimo mediante masivas proyecciones sociales. Sus misiones se basaron en la ayuda, acogida y manutención de huérfanos, enfermos, pobres y otros desdichados. Lamentablemente, fallece el 27 de septiembre de 1660, a la edad de 79 años. Fue beatificado el 13 de agosto de 1729 y, canonizado el 16 de junio de 1737 por el Papa Clemente XII.

En conclusión, Vicente de Paul fue un hombre de gran fe y riqueza espiritual, cuya trayectoria impulsó el progreso social, pues su constante acción de entrega y evangelización confrontó los terribles sucesos del siglo XVII. Su revolucionario carácter, en donde predominaba virtudes como la sencillez, humildad, sensibilidad y entusiasmo son los que lo calificarían como un siervo de los desdichados y posteriormente como máximo representante de la caridad y solidaridad. Su vida y obra son causa de admiración y difusión, esto ya que representó la noble figura de Dios de una manera autentica y trascendental.

Referencias

Ibáñez, J. (10 de agosto de 2019). Vicente de Paúl y los pobres de su tiempo 02. Somos Vicencianos. http://vincentians.com/es/vicente-de-paul-y-los-pobres-de-su-tiempo-02/

Motto, A. (2015). San Vicente de Paúl y la oración. Revista Teología. 52(118), 103-122. https://repositorio.uca.edu.ar/bitstream/123456789/7264/1/san-vicente-paul-oracion.pdf

San Vicente, el apóstol de la caridad

 

Escribe: María Pía Napuri Vega 5° A

 

San Vicente de Paul, fue un hombre de fe, que gracias a sus acciones altruistas logró formar toda una congregación con el fin de servir al pobre. Fue una persona conocida en Francia y un hombre de confianza en la familia real, consiguiendo así abogar por mejores condiciones de vida de los campesinos y aldeanos, así mismo es conocido por su labor caritativa hacia los más pobres y necesitados. En los siguientes párrafos trataré a más profundidad sobre la vida de San Vicente y sus acciones altruistas realizadas a favor de los pobres.

 

Nació en una familia modesta y religiosa, desde pequeño le enseñaron los valores y el amor incondicional hacia Dios. Al crecer, Vicente logro demostrar sus habilidades en la lectura y mostro interés en la religión, esto motivo a sus padres, para que hicieran un esfuerzo e invirtieran en la educación de su hijo. Al pasar de los años, gracias a sus padres pudo ingresar al colegio e instruirse, lográndose convertir en un sacerdote a la edad de 20 años.

 

Del mismo modo, Vicente logro crecer con sabiduría y amor hacia el prójimo, lográndose convertir en un sacerdote influyente por toda Francia. Dentro de su vida, paso por situaciones dolorosas y difíciles. Por un lado, fue acusado de ladrón, por presuntamente robar 400 monedas de plata y otro cuando fue vendido y esclavizado por unos piratas trucos que lo sometieron a distintas torturas; pero aun así siempre se mantuvo firme en sus convicciones y su fe en Dios.

 

Durante su vida alcanzo el reconocimiento y admiración de todos, gracias a sus acciones en favor de los pobres, y su amor incondicional hacia Dios. Asimismo, su desprendimiento de las cosas materiales y su constante sentido de responsabilidad y esfuerzo, así como dedicación y preocupación por los pobres, inspiro y sigue inspirando a muchos jóvenes a seguir con su legado y participar activamente dentro de la congregación vicentina.

 

Para incorporarse a la familia vicentina es muy importante la oración constante, mantener una vida de humildad y sobre todo amor a los pobres. Al seguir este camino nos acercamos a llevar una vida parecida a la de Vicente de Paul, y tener una conexión cercana con Dios. Por ende, al tener una vida cercana a Él tenemos un motivo por el cual ser morales, asimismo tenemos una espiritualidad fuerte y constante ambos factores nos llevan a vivir una vida de caridad inspirada en el evangelio. (Motto, 2015).

 

San Vicente no ayudo solo a los pobres, sino recluto a hombres y mujeres a seguir con esta causa, formando así a la gran fraternidad de hermanos vicentinos y a las hijas de la caridad, todo esto para un mismo fin, ayudar y servir al más pobre. Corera (1989) afirma que probablemente nunca se ha visto ni se va a ver un hombre como Vicente de Paul, totalmente entregado al prójimo y al servicio de los más necesitados.

 

Tuvo ayuda de varias personas, entre ellas se destacan la señora Gondi y Santa Luisa de Marillac; gracias a ellas y a Vicente se logró fundar la congregación vicentina y las hijas de la caridad respectivamente. Estas dos congregaciones han sido los legados más poderosos que ha dejado San Vicente; los pilares para ambas congregaciones y para toda la comunidad vicentina han sido la humildad y la caridad.

 

Podemos concluir que San Vicente de Paul fue una de las figuras más representativas del catolicismo del siglo XVII. Este santo con su ejemplo en vida, nos ha dejado un gran legado que nos invita a seguir. Asimismo, debemos poner en práctica sus enseñanzas como la caridad y el amor en favor de Jesucristo representado en los pobres.

 

Referencia:

Motto, A (2015) San Vicente de Paul y la oración. Teologia

https://repositorio.uca.edu.ar/bitstream/123456789/7264/1/san-vicente-paul-oracion.pdf

Corera, J (1989) Vida del Señor Vicente de Paul. Via Sapientiae

https://via.library.depaul.edu/cgi/viewcontent.cgi?referer=&httpsredir=1&article=1000&context=corera

SAN VICENTE DE PAÚL Y SU LEGADO DE CARIDAD

PARA LOS MÁS JÓVENES

 

Escribe: Tracy Arguedas Mamani 5° A

¿Qué entendemos por la palabra “Santo”? pues es sencillo, sabemos que no a cualquiera se le puede denominar de esta forma, excepto aquellas personas que realmente se lo merecen por las obras que realizaron a lo largo de su vida sin esperar nada a cambio, este es el caso de San Vicente de Paúl, alguien que desde sus primeros años de vida transmitía un gran amor por el prójimo, como cuando desde muy pequeño repartía comida a los más pobres sin ninguna obligación. Por ello dejo su legado de abordaje para ayuda a los más necesitados, específicamente a los pobres y a los niños abandonados. A continuación hablaremos con más profundidad de las diferentes obras que realizó San Vicente a lo largo de su vida y sobre como su amor por el prójimo desató que su proprósito de vida se base en la caridad.

 San Vicente de Paúl nació en 1581 y su pasión por los temas teológicos comenzaron en el monasterio donde estudio todo lo concerniente a esto en su natal Francia y fue en un viaje fuera de este país donde paso uno de los momentos más díficiles de su vida, cuando fue tomado de prisionera y esclavo, afortunadamente logro salir de la situación y tiempo más tarde continuó sus estudios en Roma y posteriormente fue asignado como capellán de la familia Gondi. No fue hasta que tomo el rol de predicador de los campesinos que se dio cuenta que su verdadera labor estaba en ayudar a los pobres (Jiménez, 2017). Y es de esta manera que se afirma que el propósito de vida de Vicente se convirtiera en el bien común y que trabajaría en propagar esta idea mediante la iglesia y sus enseñanzas sobre caridad.

 El denominado “Padre de los pobres” fue partícipe de muchas actividades de ayuda al prójimo pero a continuación comentaré una de las que considero más importantes porque fue parte sus inicios, La misión de las Galeras, en contexto de la situación, la marina real del siglo XVII solicitaba brazos para remar y como alternativa de solución los tribunales condenarían a criminales y delincuentes a servir en la galera, según la sentencia esta orden podría durar varios años o hasta todo el resto de su vida. Es aquí donde se ve involucrado Vicente al ver las deplorables condiciones en las que estos reos se encontraban. Al final del día toda ayuda no era en vano porque sabemos que estas personas confiaban su vida y su supervivencia a este santo, afirma (Collet, 2008) los beneficiados con la ayuda de Vicente eran totalmente agradecidos, como el turco bautisado como Luis, que lo honraba y le debía su vida al siervo de Dios (p. 69). Toda cosecha tiene sus frutos y la recompensa más grande para San Vicente era saber que con su labor había ayudado a muchos, siempre con una actitud desinteresada.

 Desde otro punto de vista del tema, personalmente considero que la responsabilidad de que el legado de Vicente siga vigente es de los jóvenes, porque ellos son el futuro y la esperanza del mundo entero, se cuenta con ellos para reformar el mundo en un futuro. Los conocimientos básicos son sumamente importantes y lo tenemos presente, siempre debemos de tener la idea de superarnos a nosotros mismos y para compartir conocimientos con los demás, pero estos aprendizajes deben de ir de la mano con los valores, sin virtudes no podremos alcanzar el éxito, lo importante en este caso es crecer y desarrollarnos como sociedad con la ayuda del principal valor que nos inculcó San Vicente, y ese valor es la caridad.

 Para culminar, Vicente de Paúl dejó un legado lleno de enseñanzas para prácticar, es por ello que, como jóvenes y futura generación tenemos el deber de sostener el desarrollo de nuestro país y el principal valor en este camino es el ser humildes, desinteresados y ayudar a los demás a progresar, sin pedir nada a cambio, para que todos crezcamos al mismo tiempo. Vicente paso toda su vida ayudando al pobre con el propósito de dar el ejemplo y de que la caridad se vuelva un valor fundamental para las siguientes generaciones.

 REFERENCIAS:

 Jiménez, D. (2017). San Vicente de Paúl: Patrono universal de todas las obras de caridad. https://www.sadlier.com/religion/blog-de-sadlier-religion/san-vicente-de-paul-patrono-universal-de-todas-las-obras-de-caridad

 Collet, P. (2008). Vida De San Vicente De Paúl, Fundador De La Congregación De La Misión Y De Las Hijas De La Caridad. https://via.library.depaul.edu/cgi/viewcontent.cgi?referer=&httpsredir=1&article=1000&context=collet_msp

SAN VICENTE, EL APÓSTOL DE LOS POBRES

 

Escribe: Valeria Corrales Motta 5° B

En esta oportunidad hablaremos acerca de uno de los personajes y santos de la Iglesia Católica más importantes de todos los tiempos, no sólo por sus ideales, sino también por el legado humanitario de ayuda desinteresada al prójimo que sigue calando en los corazones de personas de buena voluntad hasta el día de hoy. Vicente de Paúl fue un hombre que, motivado por el amor a Cristo y al prójimo, logró movilizar recursos y personas para socorrer a los más necesitados. A continuación expondremos detalles de su labor misionera y humanitaria, con las que él demostró ser un verdadero apóstol de los pobres a ejemplo de Jesucristo.

Respecto a Vicente de Paúl, Muñoz (1933) afirma que con su característica humildad y sencillez, es uno de los redentores de la humanidad, iniciador del servicio de enfermeras, gran propulsor de orfelinatos, asilos, hospitales y talleres de beneficencia, etc. Recordemos que San Vicente fundó la tan extendida Congregación de las Misión, y junto con Santa Luisa de Marillac, a las Hijas de la Caridad. Ambas fundaciones conforman los brazos principales de la denominada Familia Vicentina, presente hasta nuestros días. Lo más admirable es que ambas surgieron en un tiempo y contexto histórico muy difícil, en una Francia del siglo XV, donde producto de las guerras internas y la peste reinaban la pobreza, desorganización y falta de buenos sacerdotes para predicar en los pueblos más lejanos.

Junto con los sacerdotes de la Congregación de la Misión o mejor conocidos “lazaristas”, predicaron el evangelio a las pobres gentes del campo, a donde la Iglesia no llegaba. Por su parte él mismo orientaba a las Hijas de la Caridad y a los padres de la Congregación, inculcándoles la importancia de una constante oración, la meditación en la palabra de Dios y dándoles instrucciones precisas sobre cómo atender a los más necesitados. En una de sus muchas correspondencias, Vicente escribe que, una vez preparados los alimentos, se los llevarán a los enfermos, saludándolos con mucha alegría y caridad, acomodarán la mesita sobre la cama, pondrán sobre ella un mantel, un vaso, la cuchara y el pan, y hará lavar las manos al enfermo (Orcajo y Pérez, 1981).

Supo llegar a personas de toda condición socioeconómica, campesinos, obispos, nobles y reyes apelando a su generosidad y caridad, logrando así no sólo obtener ayuda para sus obras de caridad, sino también logrando convertir más corazones para Jesús, al mostrarles la dimensión de un Dios que es amor y misericordia infinitos para con todos, especialmente para los más “pequeños”. Hay quienes se preguntan si los santos nacen o se hacen, y Vicente es una de las tantas pruebas evidentes de que el cristiano necesita de una conversión constante, de esa esperanza y perseverancia para encontrar y amar a Jesús en los más olvidados y marginados de la sociedad.

En conclusión, podemos rescatar que Vicente no sólo fue un buen ser humano, o un gran santo, fue un magnífico visionario, consciente de las necesidades de su época e innovando en nuevas soluciones para aliviar el sufrimiento de tantas personas, guiado por el celo apostólico fruto de su constante oración y meditación, tomando por guía los evangelios, amando y sirviendo hasta los últimas consecuencias, a ejemplo de Jesucristo. Hoy en día, y a más de trescientos años de su fallecimiento, y doscientos de su proclamación como santo, la figura de Vicente de Paúl no deja indiferente a nadie, y con justa razón.

Referencia bibliográfica:

·       Muñoz, L. (1933) San Vicente de Paúl o el genio del bien. Revista de la Facultad de Medicina-Bogotá. https://revistas.unal.edu.co/index.php/revfacmed/issue/view/2134

Orcajo, A. y Pérez, M. (1981). San Vicente de Paúl: Espiritualidad y selección de escritos. Colección Biblioteca de Autores Cristianos, Editorial La Editorial Católica, Madrid. http://docshare02.docshare.tips/files/10409/104097171.pdf

 

 

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