La humildad de Vicente y su legado en
la actualidad
Escribe: Alejandra Avalos Castro 5° B
La figura del sacerdote San Vicente de
Paúl se ha convertido en una de las más representativas en relación a una
imagen de humildad y caridad. Este santo desplegaba un amor inmenso que
perennemente estaba dispuesto a entregar al más necesitado. De esta forma, su
servicio y práctica de valores en vida lo han convertido en un modelo a seguir,
sobre el cual se han formado las bases de la misión y visión vicentina de
muchas instituciones bautizadas a su nombre. Por ejemplo, su legado más
reconocido son las Hijas de la Caridad, organización formada bajo el manto de
San Vicente y de Santa Luisa de Marillac. Ambos tuvieron la función de guiarlas
en el principio de Dios, quien les habría reunido para rendir honores al Señor
por medio del servicio y la caridad hacia los más necesitados con esfuerzo y
dedicación (Martínez, 2001). En las siguientes líneas, se analizará con mayor
profundidad acerca de la práctica de la humildad de San Vicente y las acciones
al servicio de los pobres por parte de las asociaciones vicentinas, las cuales resultan
esenciales para mantener la vitalidad de su legado hasta la actualidad.
Entonces, es en base al mensaje de
humildad de Vicente que las comunidades vicentinas han formado sus congregaciones
y consolidado la misión del santo hasta la actualidad. En este caso, se
abarcará una de las más grandes agrupaciones a su nombre: la Sociedad de San
Vicente de Paúl. Creada en 1833, ha perdurado hasta el presente como un
innumerable grupo de voluntarios dedicados a la ayuda material y espiritual del
prójimo. Comenzó en Francia y se dispersó a través de las décadas a escala
global, aspirando al desarrollo integral de cada ser humano en necesidad.
Además de ser una asociación sin fines de lucro, su accionar está dirigido a
alcanzar el bien común y la subsidiaridad sentando los cimientos en la caridad
de Vicente.
Referencias:
- Martínez, C. (2001)
Aportaciones específicas de San Vicente y Santa Luisa a la identidad y
espiritualidad de las Hijas de la Caridad. Vicentiana, 45 (4),
Art. 46.
https://via.library.depaul.edu/vincentiana/vol45/iss4/46
-
Tarrazi, A. (1995) Presencia y Actualidad de
la Sociedad de San Vicente de Paúl. Vincentiana, 39 (7), Art. 15. https://via.library.depaul.edu/vincentiana/vol39/iss7/15
San Vicente de Paúl, adalid de la caridad
Escribe: Camila Romero 5° A
San Vicente de Paúl fue un hombre
que desde muy temprana edad daba indicios acerca de cuál sería su vocación. Fue
fundador de la Congregación de la Misión en 1625 y cofundador de las Hijas de
la Caridad en 1633 y con ambas realizó obras a favor de los más pobres, ya que
ellos siempre fueron su prioridad. Riestra (2019) plantea que San Vicente de
Paúl podría ser considerado benefactor de la humanidad gracias a su enorme
compromiso con los más pobres, colocándose incluso a él mismo por debajo, en
orden de prioridades, de sus obras y fundaciones. Incluso tras su muerte, San
Vicente continuó al servicio de los pobres, no solo a través de sus
congregaciones, sino a través de los jóvenes que lo tomaron como ejemplo y
quisieron entregarse al mismo servicio, un claro ejemplo es Santa Catalina
Labouré. En el siguiente texto se tratará con mayor detalle acerca de la
importancia en su época y la gran influencia de la obra y misión de San Vicente
de Paúl.
Trabajó como pastor de ovejas
durante sus años más jóvenes para apoyar a su familia económicamente. Mostró
ser poseedor de una inteligencia despierta, por lo que su padre considera que
puede abrirse paso en los estudios haciendo una carrera eclesiástica. Fue un
muchacho dedicado a sus estudios y desde una corta edad deja la casa de sus
padres para continuar con su formación eclesiástica. Atraviesa diferentes situaciones
complejas a lo largo de su juventud como por ejemplo el haber sido vendido como
esclavo a varias personas, haber sido acusado de robo injustamente, etc. Es
cuando se encontraba como preceptor de los Gondi que, tras ver la realidad de
diferentes personas que no contaban ni con lo necesario para vivir
tranquilamente, decide entregarse por completo a los más necesitados para poder
cambiar esa situación.
Gracias a una suma de dinero que
le había sido brindada de parte de los Gondi, San Vicente de Paúl funda la
Congregación de la Misión, la cual era un grupo de personas dedicadas a la
evangelización de los que se encontraban pobres de espíritu, pues no conocían a
Dios. Junto a Santa Luisa de Marillac funda la Compañía de las Hijas de la
Caridad, la cual era un grupo de religiosas que decidieron entregar su vida al
servicio de los más pobres.
Vicente de Paúl tuvo una gran
influencia en las personas de la época, sobre todo para los miembros tanto de las
fundaciones que había realizado, pero también fue guía de jóvenes que ansiaban
entregar su vida en servicio de los más pobres. Ese es el caso de Santa
Catalina Labouré quién asegura haber visto a un sacerdote en sueños el cual le
aseguraba que Dios tenía un plan de vida para ella, posteriormente cuando se
dirige a un hospital de las Hijas de la caridad observa una imagen de San
Vicente de Paúl y lo reconoce. Posteriormente ella entrega su vida a la caridad
y se ordena como religiosa como una de las Hijas de la Caridad
Con su propia vida, San Vicente
de Paúl nos da un ejemplo acerca de lo que deberíamos hacer con el prójimo. Su
vida ha influido en la vida de las personas de aquella época cuando la gran
mayoría se encontraba devastada por los duros tiempos en que se encontraba
Francia, pero también podemos decir que influye en la actualidad, ya que tanto
la Congregación de la Misión como las Hijas de la Caridad, siguen operativas
teniendo como base sus enseñanzas y frases célebres que evidencian su objetivo,
por ejemplo “¿De qué me sirve amar a Dios si mi prójimo no lo ama?”, “Los
pobres son mi peso y mi dolor”, “Denme un hombre de oración y será capaz de
todo”, etc. Inician su ardua labor en los asilos y hospitales como Vicente a
primera hora en la mañana y terminan a altas horas de la noche, pero muy pocas
personas lo saben o lo comentan (Rodríguez, 2019). Los vicentinos tenemos una
misión en particular encomendada por el santo patrono que consiste en
entregarse a los que más lo necesitan y es evidente en las personas que lo toman
de ejemplo y es algo que nunca debemos olvidar.
Referencia:
o Riestra, P. (2019,
agosto 31). San Vicente de Paúl: amor es servicio. La crítica.
https://lacritica.eu/noticia/1770/pilar-riestra/san-vicente-de-paul:-amor-es-servicio.html
o
Rodríguez, M. (2019, septiembre 27). Vicente de
Paúl, el santo de la caridad universal. Correo.
https://diariocorreo.pe/opinion/vicente-de-paul-el-santo-de-la-caridad-universal-913172/?ref=dcr
La misión y obra de San
Vicente de Paúl durante el siglo XVII
Escribe: Flavia Falcón
Morales 5° B
San
Vicente de Paúl fue un ilustre personaje dentro la comunidad católica, quien
destacó por su gran personalidad y grandes contribuciones hacia la sociedad europea
durante el siglo XVII. Este sacerdote se caracterizaba por tener un espíritu
caritativo y servicial, pues realizó numerosas misiones dirigidas a la gente
desdichada, ya sea sucumbida por la pobreza o por la enfermedad. Su vida en la
Iglesia consistió en difundir la oración en torno al amor (Motto, 2015, p.8),
pues pese a las desalentadoras circunstancias, siempre promovió la bondad,
empatía y la solidaridad. En el siguiente texto, se abordará a mayor detalle la
biografía de San Vicente de Paúl, resaltando los mayores actos dentro de su
vida apostólica.
San
Vicente de Paúl nació el 24 de abril de 1581 en la comuna de Pouy, ubicado en
el distritito de Dax, departamento de Landas, Francia. Sus padres fueron Juan
de Paúl y Beltranda de Moras. Fue el tercero de seis hijos. Durante su
infancia, ejerció la ocupación de pastor de ovejas y cerdos, esto debido a la
precaria condición económica de su familia. Afortunadamente, esta situación no
interfirió con su desarrollo académico, pues cursó los estudios básicos en su
distrito natal. Eventualmente, su gran ingenio y potencial como miembro de la
Iglesia, lo llevarían a estudiar filosofía y teología en Toulouse y Zaragoza. En
1601, fue nombrado sacerdote a tan solo la edad de veinte años. Luego de este
hecho, su vida cambia drásticamente siendo víctima de la miseria, penuria e
incluso, la esclavitud. Pese a estos infortunios, San Vicente continuó con su
único propósito, el cual era realizar cambios dirigidos al bienestar de la
comunidad a través de la difusión de la palabra y liturgia.
Su
vida apostólica, inició con su llegada a París en el año 1609. Durante este período,
fue testigo de numerosos casos que evidenciaron la carencia y necesidad de la
sociedad. Por otro lado, se cuestionó el rol del clero parroquial, pues notó
que sus acciones no generaban alguna mejoría. Ibáñez (1977) concuerda con lo
anterior, afirmando que los clérigos designados al sector rural fueron quienes
más deficiencias demostraron, ya que su indiferencia fue producto de la codicia,
falta de compromiso, irresponsabilidad y deslealtad ante los principios
eclesiásticos. Frente a este problema, Vicente decide renovar la función de un
sacerdote, convirtiéndolo en un cargo no solo de autoridad, sino de servicio y defensa
de los más vulnerables.
El
primero de agosto de 1617, fundó su primera organización benéfica, las
Conferencias de la Caridad, actual Asociación Internacional de Caridades (AIC).
Esta asociación tuvo la función de asistir las necesidades físicas de los mas
necesitados, velando por su salud y condición física, sin apartar la misión de
la predicación. En 1625, Vicente funda la Congregación de la Misión, gracias
una importante contribución de dinero por parte de los Gondi, familia muy
cercana al misionero. En esta congregación, Vicente y sus miembros, conocidos
como padres paules o vicentinos, realizaron la evangelización de los pobres
junto con la formación del clero.
En
1633, fundaría su última y más conocida organización, la Compañía de las Hijas
de la Caridad. Esta comunidad liderada por Vicente y Luisa de Marillac, se
encargó de presidir normativas que promovieron la empatía e interés en el
bienestar del prójimo mediante masivas proyecciones sociales. Sus misiones se
basaron en la ayuda, acogida y manutención de huérfanos, enfermos, pobres y
otros desdichados. Lamentablemente, fallece el 27 de septiembre de 1660, a la
edad de 79 años. Fue beatificado el 13 de agosto de 1729 y, canonizado el 16 de
junio de 1737 por el Papa Clemente XII.
En
conclusión, Vicente de Paul fue un hombre de gran fe y riqueza espiritual, cuya
trayectoria impulsó el progreso social, pues su constante acción de entrega y
evangelización confrontó los terribles sucesos del siglo XVII. Su
revolucionario carácter, en donde predominaba virtudes como la sencillez,
humildad, sensibilidad y entusiasmo son los que lo calificarían como un siervo
de los desdichados y posteriormente como máximo representante de la caridad y
solidaridad. Su vida y obra son causa de admiración y difusión, esto ya que
representó la noble figura de Dios de una manera autentica y trascendental.
Referencias
Ibáñez,
J. (10 de agosto de 2019). Vicente de Paúl y los pobres de su tiempo 02. Somos
Vicencianos. http://vincentians.com/es/vicente-de-paul-y-los-pobres-de-su-tiempo-02/
Motto,
A. (2015). San Vicente de Paúl y la oración. Revista Teología. 52(118), 103-122. https://repositorio.uca.edu.ar/bitstream/123456789/7264/1/san-vicente-paul-oracion.pdf
San Vicente, el
apóstol de la caridad
Escribe: María Pía Napuri Vega 5° A
San Vicente de Paul, fue
un hombre de fe, que gracias a sus acciones altruistas logró formar toda una
congregación con el fin de servir al pobre. Fue una persona conocida en Francia
y un hombre de confianza en la familia real, consiguiendo así abogar por
mejores condiciones de vida de los campesinos y aldeanos, así mismo es conocido
por su labor caritativa hacia los más pobres y necesitados. En los siguientes
párrafos trataré a más profundidad sobre la vida de San Vicente y sus acciones
altruistas realizadas a favor de los pobres.
Nació en una familia
modesta y religiosa, desde pequeño le enseñaron los valores y el amor
incondicional hacia Dios. Al crecer, Vicente logro demostrar sus habilidades en
la lectura y mostro interés en la religión, esto motivo a sus padres, para que
hicieran un esfuerzo e invirtieran en la educación de su hijo. Al pasar de los
años, gracias a sus padres pudo ingresar al colegio e instruirse, lográndose
convertir en un sacerdote a la edad de 20 años.
Del mismo modo,
Vicente logro crecer con sabiduría y amor hacia el prójimo, lográndose
convertir en un sacerdote influyente por toda Francia. Dentro de su vida, paso
por situaciones dolorosas y difíciles. Por un lado, fue acusado de ladrón, por
presuntamente robar 400 monedas de plata y otro cuando fue vendido y
esclavizado por unos piratas trucos que lo sometieron a distintas torturas;
pero aun así siempre se mantuvo firme en sus convicciones y su fe en Dios.
Durante su vida
alcanzo el reconocimiento y admiración de todos, gracias a sus acciones en
favor de los pobres, y su amor incondicional hacia Dios. Asimismo, su
desprendimiento de las cosas materiales y su constante sentido de
responsabilidad y esfuerzo, así como dedicación y preocupación por los pobres,
inspiro y sigue inspirando a muchos jóvenes a seguir con su legado y participar
activamente dentro de la congregación vicentina.
Para incorporarse a
la familia vicentina es muy importante la oración constante, mantener una vida
de humildad y sobre todo amor a los pobres. Al seguir este camino nos acercamos
a llevar una vida parecida a la de Vicente de Paul, y tener una conexión
cercana con Dios. Por ende, al tener una vida cercana a Él tenemos un motivo
por el cual ser morales, asimismo tenemos una espiritualidad fuerte y constante
ambos factores nos llevan a vivir una vida de caridad inspirada en el
evangelio. (Motto, 2015).
San Vicente no ayudo solo
a los pobres, sino recluto a hombres y mujeres a seguir con esta causa,
formando así a la gran fraternidad de hermanos vicentinos y a las hijas de la
caridad, todo esto para un mismo fin, ayudar y servir al más pobre. Corera
(1989) afirma que probablemente nunca se ha visto ni se va a ver un hombre como
Vicente de Paul, totalmente entregado al prójimo y al servicio de los más
necesitados.
Tuvo ayuda de varias
personas, entre ellas se destacan la señora Gondi y Santa Luisa de Marillac;
gracias a ellas y a Vicente se logró fundar la congregación vicentina y las
hijas de la caridad respectivamente. Estas dos congregaciones han sido los
legados más poderosos que ha dejado San Vicente; los pilares para ambas
congregaciones y para toda la comunidad vicentina han sido la humildad y la
caridad.
Podemos concluir que
San Vicente de Paul fue una de las figuras más representativas del catolicismo
del siglo XVII. Este santo con su ejemplo en vida, nos ha dejado un gran legado
que nos invita a seguir. Asimismo, debemos poner en práctica sus enseñanzas
como la caridad y el amor en favor de Jesucristo representado en los pobres.
Referencia:
Motto,
A (2015) San Vicente de Paul y la oración. Teologia
https://repositorio.uca.edu.ar/bitstream/123456789/7264/1/san-vicente-paul-oracion.pdf
Corera,
J (1989) Vida del Señor Vicente de Paul. Via Sapientiae
https://via.library.depaul.edu/cgi/viewcontent.cgi?referer=&httpsredir=1&article=1000&context=corera
SAN VICENTE DE PAÚL Y SU LEGADO
DE CARIDAD
PARA LOS MÁS JÓVENES
Escribe: Tracy Arguedas
Mamani 5° A
¿Qué entendemos por la palabra “Santo”? pues es sencillo, sabemos que no a cualquiera se le puede denominar de esta forma, excepto aquellas personas que realmente se lo merecen por las obras que realizaron a lo largo de su vida sin esperar nada a cambio, este es el caso de San Vicente de Paúl, alguien que desde sus primeros años de vida transmitía un gran amor por el prójimo, como cuando desde muy pequeño repartía comida a los más pobres sin ninguna obligación. Por ello dejo su legado de abordaje para ayuda a los más necesitados, específicamente a los pobres y a los niños abandonados. A continuación hablaremos con más profundidad de las diferentes obras que realizó San Vicente a lo largo de su vida y sobre como su amor por el prójimo desató que su proprósito de vida se base en la caridad.
San Vicente de Paúl nació en 1581 y su pasión por los temas teológicos comenzaron en el monasterio donde estudio todo lo concerniente a esto en su natal Francia y fue en un viaje fuera de este país donde paso uno de los momentos más díficiles de su vida, cuando fue tomado de prisionera y esclavo, afortunadamente logro salir de la situación y tiempo más tarde continuó sus estudios en Roma y posteriormente fue asignado como capellán de la familia Gondi. No fue hasta que tomo el rol de predicador de los campesinos que se dio cuenta que su verdadera labor estaba en ayudar a los pobres (Jiménez, 2017). Y es de esta manera que se afirma que el propósito de vida de Vicente se convirtiera en el bien común y que trabajaría en propagar esta idea mediante la iglesia y sus enseñanzas sobre caridad.
El denominado “Padre de los pobres” fue partícipe de muchas actividades de ayuda al prójimo pero a continuación comentaré una de las que considero más importantes porque fue parte sus inicios, La misión de las Galeras, en contexto de la situación, la marina real del siglo XVII solicitaba brazos para remar y como alternativa de solución los tribunales condenarían a criminales y delincuentes a servir en la galera, según la sentencia esta orden podría durar varios años o hasta todo el resto de su vida. Es aquí donde se ve involucrado Vicente al ver las deplorables condiciones en las que estos reos se encontraban. Al final del día toda ayuda no era en vano porque sabemos que estas personas confiaban su vida y su supervivencia a este santo, afirma (Collet, 2008) los beneficiados con la ayuda de Vicente eran totalmente agradecidos, como el turco bautisado como Luis, que lo honraba y le debía su vida al siervo de Dios (p. 69). Toda cosecha tiene sus frutos y la recompensa más grande para San Vicente era saber que con su labor había ayudado a muchos, siempre con una actitud desinteresada.
Desde otro punto de vista del tema, personalmente considero que la responsabilidad de que el legado de Vicente siga vigente es de los jóvenes, porque ellos son el futuro y la esperanza del mundo entero, se cuenta con ellos para reformar el mundo en un futuro. Los conocimientos básicos son sumamente importantes y lo tenemos presente, siempre debemos de tener la idea de superarnos a nosotros mismos y para compartir conocimientos con los demás, pero estos aprendizajes deben de ir de la mano con los valores, sin virtudes no podremos alcanzar el éxito, lo importante en este caso es crecer y desarrollarnos como sociedad con la ayuda del principal valor que nos inculcó San Vicente, y ese valor es la caridad.
Para culminar, Vicente de Paúl dejó un legado lleno de enseñanzas para prácticar, es por ello que, como jóvenes y futura generación tenemos el deber de sostener el desarrollo de nuestro país y el principal valor en este camino es el ser humildes, desinteresados y ayudar a los demás a progresar, sin pedir nada a cambio, para que todos crezcamos al mismo tiempo. Vicente paso toda su vida ayudando al pobre con el propósito de dar el ejemplo y de que la caridad se vuelva un valor fundamental para las siguientes generaciones.
REFERENCIAS:
Jiménez, D. (2017). San Vicente de Paúl: Patrono universal de todas las obras de caridad. https://www.sadlier.com/religion/blog-de-sadlier-religion/san-vicente-de-paul-patrono-universal-de-todas-las-obras-de-caridad
Collet, P. (2008). Vida De San Vicente De Paúl, Fundador De La Congregación De La Misión Y De Las Hijas De La Caridad. https://via.library.depaul.edu/cgi/viewcontent.cgi?referer=&httpsredir=1&article=1000&context=collet_msp
SAN VICENTE, EL APÓSTOL DE LOS POBRES
Escribe: Valeria Corrales Motta 5° B
En esta oportunidad hablaremos acerca de uno de
los personajes y santos de la Iglesia Católica más importantes de todos los
tiempos, no sólo por sus ideales, sino también por el legado humanitario de
ayuda desinteresada al prójimo que sigue calando en los corazones de personas
de buena voluntad hasta el día de hoy. Vicente de Paúl fue un hombre que,
motivado por el amor a Cristo y al prójimo, logró movilizar recursos y personas
para socorrer a los más necesitados. A continuación expondremos detalles de su
labor misionera y humanitaria, con las que él demostró ser un verdadero apóstol
de los pobres a ejemplo de Jesucristo.
Respecto a Vicente de Paúl, Muñoz (1933) afirma
que con su característica humildad y sencillez, es uno de los redentores de la
humanidad, iniciador del servicio de enfermeras, gran propulsor de orfelinatos,
asilos, hospitales y talleres de beneficencia, etc. Recordemos que San Vicente
fundó la tan extendida Congregación de las Misión, y junto con Santa Luisa de
Marillac, a las Hijas de la Caridad. Ambas fundaciones conforman los brazos
principales de la denominada Familia Vicentina, presente hasta nuestros días.
Lo más admirable es que ambas surgieron en un tiempo y contexto histórico muy
difícil, en una Francia del siglo XV, donde producto de las guerras internas y
la peste reinaban la pobreza, desorganización y falta de buenos sacerdotes para
predicar en los pueblos más lejanos.
Junto con los sacerdotes de la Congregación de
la Misión o mejor conocidos “lazaristas”, predicaron el evangelio a las pobres
gentes del campo, a donde la Iglesia no llegaba. Por su parte él mismo
orientaba a las Hijas de la Caridad y a los padres de la Congregación, inculcándoles
la importancia de una constante oración, la meditación en la palabra de Dios y
dándoles instrucciones precisas sobre cómo atender a los más necesitados. En
una de sus muchas correspondencias, Vicente escribe que, una vez preparados los
alimentos, se los llevarán a los enfermos, saludándolos con mucha alegría y
caridad, acomodarán la mesita sobre la cama, pondrán sobre ella un mantel, un
vaso, la cuchara y el pan, y hará lavar las manos al enfermo (Orcajo y Pérez,
1981).
Supo llegar a personas de toda condición
socioeconómica, campesinos, obispos, nobles y reyes apelando a su generosidad y
caridad, logrando así no sólo obtener ayuda para sus obras de caridad, sino
también logrando convertir más corazones para Jesús, al mostrarles la dimensión
de un Dios que es amor y misericordia infinitos para con todos, especialmente
para los más “pequeños”. Hay quienes se preguntan si los santos nacen o se
hacen, y Vicente es una de las tantas pruebas evidentes de que el cristiano
necesita de una conversión constante, de esa esperanza y perseverancia para
encontrar y amar a Jesús en los más olvidados y marginados de la sociedad.
En conclusión, podemos rescatar que Vicente no
sólo fue un buen ser humano, o un gran santo, fue un magnífico visionario,
consciente de las necesidades de su época e innovando en nuevas soluciones para
aliviar el sufrimiento de tantas personas, guiado por el celo apostólico fruto
de su constante oración y meditación, tomando por guía los evangelios, amando y
sirviendo hasta los últimas consecuencias, a ejemplo de Jesucristo. Hoy en día,
y a más de trescientos años de su fallecimiento, y doscientos de su
proclamación como santo, la figura de Vicente de Paúl no deja indiferente a
nadie, y con justa razón.
Referencia bibliográfica:
· Muñoz, L. (1933) San Vicente de
Paúl o el genio del bien. Revista de la Facultad de Medicina-Bogotá. https://revistas.unal.edu.co/index.php/revfacmed/issue/view/2134
Orcajo, A. y Pérez, M. (1981). San Vicente de Paúl: Espiritualidad y selección de escritos. Colección Biblioteca de Autores Cristianos, Editorial La Editorial Católica, Madrid. http://docshare02.docshare.tips/files/10409/104097171.pdf
No hay comentarios.:
Publicar un comentario